Una caña, por favor

Después de tanto tiempo viviendo aquí en Noruega he descubierto muchas cosas que funcionan infinitamente mejor que en España. Pero hay algo que sigue sin cuadrarme. Y es todo el royo ese del consumo de alcohol que no parece propio de un país civilizado, en el que se trata a la población como si fueran niños. En este país esta prohibido emborracharse fuera de casa (menos mal que en tu casa al menos no se meten).

Ya había comentado los precios abusivos que tiene el alcohol por culpa de los impuestos, dando como resultado que un tercio de cerveza de la más barata comprada en un supermercado valga casi euro y medio. También comenté que las tiendas dejaban de vender alcohol a partir de las 6 de la tarde (las 3 los sábados).

Pues bien, ayer estuve de visita en la fábrica de cerveza que me encantó. Nos la enseñaron de arriba a abajo e incluso nos dieron a probar varias de las cervezas que sirven en el bar de la misma cervecera (en la foto de arriba). Y de la mano del encargado que nos guió descubrimos muchos más detalles sobre este tema que unidos a los que ya sabía conforman esta lista:

1. Está terminantemente prohibido beber en la calle (esto no es tan raro).
   
2. Los empleados de los bares no sirven bebidas alcohólicas a personas que muestren signos graves de embriaguez (prohibido emborracharse también en el bar). Parece una práctica común darle el cambiazo a estos clientes con cerveza sin alcohol sin que estos lo sepan, aunque a veces ni eso.
   
3. Estos mismos empleados tienen prohibido echar a clientes borrachos a la calle donde podrían helarse y enfermar por el frío. Son responsables de ellos y se tienen que encargar de llamar a un taxi para que los lleven a casa.
4. Como consecuencia de lo anterior, no te dejarán entrar en ningún establecimiento al que llegues ya muy bebido.
5. Las bebidas de graduación mayor de 4.7º (todo menos cerveza) solo las puede vender el estado en tiendas especializadas.
   

Por lo tanto, como decía antes, solo te queda la opción de beber y quedarte en casa. Y planifícate que se hacen las 7 y ya no puedes comprar ni cerveza.

Pues lo curioso de todo este tema es que los noruegos son de las personas más borrachas que he conocido (me refiero a la gente jóven y no todos por supuesto). Se comportan como niños saltándose las prohibiciones de su papá estado. Beben hasta que no son conscientes de lo que hacen, hasta caerse al suelo y no poder levantarse. Tanta ley para nada. No en vano, el bar que os muestro en la foto y que solo vende cerveza abre a las 9 de la mañana.