Los peligros de la noche polar

Esto ha cambiado mucho desde que vine. Por un lado hace más frío que hace dos meses, cosa previsible. Algunos días me levanto y esta todo con un palmo de nieve. Otros sube un poco la temperatura y la nieve se convierte en hielo. He descubierto que no es fácil andar sobre el hielo. Pero son cosas que no se llevan mal, con un buen calzado y un buen abrigo se soluciona.

Por otro lado están las horas de luz. Ahora anochece poco antes de las cinco, y a eso de las seis y algo ya es noche cerrada. Mientras es de día, la luz es muy difusa, como cuando llevas gafas de sol dentro de casa, por culpa de las nubes. Y esto afecta bastante más de lo que yo pensaba en un principio.

Esta mañana he tenido que luchar, literalmente, para salir de la cama a eso de las 10:30, después de nueve horas de sueño. Me he ido al gimnasio a ver si me despejaba y aún allí me dormía entre ejercicios. Esta tarde he intentado estudiar un poco y ya ni os cuento.

Lo único que te mantiene despejado es hablar con otras personas. Eso y el café, es muy difícil ser productivo sin una taza de café. Cosa que no es problema porque aquí hay maquinas de café por todas partes. En la universidad te ofrecen café ilimitado pagando unos ¿15 euros?, no lo recuerdo bien. Incluso he conocido gente que asegura beberse 12 tazas al día. Aunque también he de decir que el café noruego es bastante flojo, parecido a una infusión.

El jueves iré a una reunión informativa sobre el invierno en Tromso, ropa, vitaminas, hábitos, etc. Ya os contaré.